No sé si les ha pasado, pero siempre te encuentras con la
típica persona que al viajar a un lugar exótico, donde las costumbres de este
país son muy distintas a las de los occidentales. Te cuentan asombrados que
practican tal cosa, y comen de lo otro, y exclaman un -¡Como puede ser eso!, o
directamente cambian a una mirada más condescendiente, o quizás hacia el más
absoluto rechazo, por ejemplo en el caso de los Vietnamitas, los cuales
consumen carne de perro, por lo que nuestros amigos viajeros se extrañan hasta
la saciedad, implorando al cielo un -¡Que gente más inhumana!. A la par de todo
esto, una de las practicas más nombradas para tachar de extravagantes a los
“otros” es el tabú que tienen los hindúes en lo referente a no comer carne de
vaca, aún cuando estos animales abundan sobremanera en la República de la
India. A menudo, hecho es tachada por los economistas de ineficiente.
¿A que viene todo el rollo del párrafo anterior?, pues viene
a cuento de explicar un fenómeno muy curioso, el etnocentrismo, término que
según la RAE es “la tendencia emocional que hace de la cultura propia el
criterio exclusivo para interpretar los comportamientos de otros grupos, razas
o sociedades”. El suceso en cuestión provoca las innumerables situaciones que
nuestros colegas nos narran con asombro cuando viajan a un sitio donde la
cultura de los nativos es muy diferente a la de su lugar de origen.
No obstante, lo llamativo del asunto es que en el lado del
los “extraños”, por llamarlos de otra manera, también surge el etnocentrismo,
sufren los mismo sentimientos de extrañez cuando contemplan las prácticas de
los occidentales. Para ilustrar este tema voy a ponemos como ejemplo un relato
hecho por el antropólogo Horace Miner, en el realiza una descripción sobre los
Sonacirema, una de las tribu más insólitas que jamás se hayan estudiado.
“La creencia fundamental que subyace en todo sistema parece
ser que el cuerpo humano es feo y que por naturaleza tiende a debilitare y a
enfermar. Encarcelado en este cuerpo, la única esperanza del hombre es poder
apartarse de estas tendencias mediante el uso de las poderosas influencias del
ritual y de la ceremonia. Cada hogar tiene uno o más altares dedicados a este
fin […]. El lugar central del altar lo ocupa una caja o cofre construido en la
pared. En este cofre se guardan los numerosos amuletos y pociones mágicas sin
los que ningún nativo cree que podría sobrevivir. Estos preparados los
garantizan diversos especialistas. Los más poderosos son los curanderos, cuya
asistencia debe recompensarse con cuantiosos regalos. Sin embargo, los
curanderos no proporcionan las pociones curativas a sus clientes sino que
deciden sobre los ingredientes y luego los escriben en una lengua antigua y
secreta. Esta escritura la comprenden únicamente ellos y los herbolarios,
quienes, a cambio de otro regalo, proporcionan los amuletos necesarios […].
Los Sonacirema sienten al mismo tiempo un horror casi
patológico y una gran fascinación por la boca, cuyo estado piensan que tiene
una influencia sobrenatural en todas las relaciones sociales. Creen que, si no
fuera por los rituales bucales, se les caerían los dientes, sangrarían sus
encías, sus mandíbulas se reducirían, sus amigos les abandonarían y serían
rechazados por sus amantes. También creen que existe una estrecha relación
entre las características orales y las morales. Por ejemplo, hay una ablución
ritual de la boca de los niños que se supone mejora su carácter moral.
El ritual corporal cotidiano general incluye un rito bucal.
Aparte de la minuciosidad en el cuidado de la boca, este roto conlleva una
práctica que resulta repulsiva para el no iniciado. Me contaron que el ritual
consiste en insertar un pequeño haz de pelos de cerdo en la boca, junto con
cierto polvos mágicos, y en moverlo con una serie de gestos formales. (Miner,
1956,pp. 503-4.)”
Giddens, A 1990. “Sociología” Ed. Alianza.
Si todavía no tienes idea de quienes son los Sonacirema,
simplemente tienes que darle la vuelta al vocablo. De este modo, toda practica,
por cotidiana que te parezca, puede ser un total misterio para personas
provenientes de distintos lugares, todo depende del ojo con el que miremos. Por
lo tanto,es inútil intentar comprender el conglomerado de costumbres,
prácticas, códigos, normas, reglas, manera de ser, vestimenta, religión,
rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias fuera de la cultura
de la que forman parte.
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